SÁBADO 4 de octubre
4:00 pm Cecilia Komolafe 

por Cecilia Komolafe
6:30 pm Arnaudy Camilo 

por La Familia Camilo
 

DOMINGO 5 de octubre
8:30 am Michael W. Dwyer y familia 

por la familia Brechbiel
11:00 am Tayler Gennalee Maraj 

por Kathy y Dan Leonard

LUNES 6 de octubre
9:00 am Michael W. Dwyer 

por la familia Memoli

MARTES 7 de octubre
12:00 horas Stanislaw Podobinski 

por Teresa Sikoryak

MIÉRCOLES 8 de octubre
9:00 am Carol Ann Toomey 

por el Padre Greg y la Parroquia de San Juan

JUEVES 9 de octubre
12:00 p.m. Eleuteris Cesario 

por Cesario y la familia Lumapat

VIERNES 10 de octubre
9:00 am Teresa Van Fossen 

por el Padre Greg y la Parroquia de San Juan
 

SÁBADO 11 de octubre
16:00 h Familias Clifford y Crane 

por Familia Crane
6:30 pm María Sophia Ve López 

por Iliana Quononez
 

DOMINGO 12 de octubre
8:30 am Nancy Ann Bialkowski 

por Joan Breslin
11:00 am Jennifer Sovrinski 

por Christine López

Consuelo Accomasso, Michael Alotta,
Marius Bondoc, Jessica Lopez, Brian Martinez, Sal Pomara, Samantha Rodriguez, Jannielou Squires, Rob Truex, Elizabeth Valentine
 

Por las almas de nuestros
difuntos

Kathryn Capobianco, Edward y Beatrice Crosby, Michael Dwyer, Catherine Fusco, Danilo y Norma de Guzman, Dion Lissimore, William Mulero, Juana Quinones, Wendell Lissimore Senior, Jose Neil Sipalay, Florito Sipalay Sr., Juanita Valentin, Elizabeth White, Anthony Zanella
Para agregar a esta lista, envíe un correo electrónico a: stjohnbultn@gmail.com

Anuncios para esta semana

Oración de otoño 

Padre Celestial, con el cambio de estaciones y la llegada del otoño, te damos gracias por la belleza de la creación que nos rodea. Bendice el aire fresco, el colorido de las hojas y la cosecha de la tierra. Ayúdanos a acoger esta temporada con gratitud, alegría y paz en nuestros corazones. Que tu presencia nos guíe en los próximos días. Amén.

“Todo debe irse” 

Semana 5 

Soñando con Dios sobre tus recursos

Sin visión, dice Proverbios, la gente divaga (parafraseando Proverbios 29:18 ).  Lo mismo ocurre con el dinero.  Sin una visión divina para nuestras finanzas, tendemos a desviarnos, reaccionando a las facturas, siguiendo las presiones culturales para "mantenernos al día" o gastando sin rumbo y sin un propósito.   Como escuchamos en la primera lectura de la misa de este fin de semana, el clamor de Habacuc a Dios ( Habacuc 1:2-3; 2:2-4 ) no se trataba de dinero, sino de claridad para el futuro; y Dios le dijo que "escribiera la visión" para que pudiera ser conservada, recordada y utilizada.  Nuestra vida financiera necesita la misma intencionalidad.

Una visión inspirada por Dios para tus recursos no comienza con números, sino con oración.  Pregúntate: Señor, ¿qué quieres que mis recursos logren en tu Reino y en mi vida?  Para algunos, la respuesta puede ser liberarse de las deudas para que el dinero ya no sea un factor limitante para servir o dar.  Para otros, puede ser ahorrar para que la generosidad y la seguridad puedan reemplazar el estrés.  Incluso otros pueden verse impulsados ​​a simplificar radicalmente, liberando tiempo y energía del ciclo de adquirir y mantener posesiones.

El objetivo no es que tu visión se parezca a la de los demás.  Se trata de que tu visión se alinee con la misión única que Dios tiene para ti y tu hogar; y escribirla es clave.   La visión se vuelve poderosa cuando es específica, medible y visible en la vida diaria.   Esto no significa que toda meta financiera sea espiritual en lenguaje, pero cada meta forjada por Dios influirá en cómo vives para Él.  Por ejemplo, "ahorrar para la educación de los hijos" no se trata solo de pagar la matrícula, sino de guiarlos hacia su llamado.  "Liberarse de la hipoteca" deja de ser un fin en sí mismo, para convertirse en una forma de liberar recursos para la obra del Reino.

Sin visión, el dinero siempre fluirá hacia la voz más fuerte, el próximo anuncio, la mayor presión.  Con visión, el dinero se convierte en un servidor de tu llamado en lugar de una distracción.  Esta semana, dedica tiempo a redactar tu propia visión financiera que honre a Dios.  Puede incluir metas, pero también debe capturar el porqué de las mismas.  Revísala con oración cada mes y ajústala según la guía de Dios.

Cuando soñamos con Dios sobre lo que Él podría hacer con nuestras finanzas, entramos en una vida de propósito y paz, donde cada dólar se convierte en una semilla de algo eterno.

Preguntas de reflexión:

1. Si no tuvieras miedo ni limitación, ¿qué visión financiera que honre a Dios perseguirías en los próximos 5 a 10 años?

2. ¿Por qué crees que escribir una visión financiera hace la diferencia?

3. ¿Qué parte de su situación financiera actual le gustaría ver transformada por la sabiduría de Dios?

4. ¿Cómo podrían otras personas de su grupo ayudarle a mantenerse motivado y responsable en la consecución de esa visión?

5. ¿Qué pequeño paso puedes dar este mes para alcanzar ese objetivo más grande?